Cierre AU 9/24: 9/24 | Índice: ASA 11/8625/2024 | Fecha: | Afganistán
Acción UrgenteAfganistán: En libertad activistas por la educación
Los activistas por la educación Ahmad Fahim Azimi y Seddiqullah Afghan han quedado en libertad tras pasar varios meses en detención arbitraria. Seddiqullah Afghan quedó en libertad el 9 de abril de 2024 por el indulto concedido con motivo de la festividad del Eid. En cuanto a Ahmad Fahim Azimi, un tribunal talibán ordenó su puesta en libertad el 26 de septiembre de 2024 por falta de pruebas.
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Ahmad Fahim Azimi y Seddiqullah Afghan, dos activistas por la educación que colaboran con la organización educativa Fekre Behtar, fueron detenidos arbitrariamente en su oficina de Karta Char en Kabul, capital de Afganistán, por miembros del distrito 40 de la Dirección General de Inteligencia (DGI) de los talibanes el 17 de octubre de 2023, y acusados de trabajar contra las autoridades de facto talibanas. Tras permanecer retenidos 72 días para ser interrogados en el distrito 40 de la DGI, el 27 de diciembre de 2023 fueron juzgados y, a continuación, enviados a la prisión de Pul-e-Charkhi.
Seddiqullah Afghan quedó en libertad el 9 de abril de 2024 en virtud del indulto a los presos concedido por el líder supremo talibán con ocasión de la Festividad del Sacrificio (Eid al Adha), pero Ahmad Fahim Azimi permaneció once meses en la cárcel de Pul-e-Charkhi, tras haber sido acusado falsamente de realizar actividades contra las autoridades de facto talibanas y condenado a un año de cárcel por el tribunal talibán de primera instancia en un juicio sin garantías. Ambos fueron sometidos a tortura y otros malos tratos, además de negárseles visitas familiares periódicas y acceso a apoyo jurídico y atención médica. Azimi rechazó el fallo judicial el 1 de abril de 2024 y su causa se remitió al Tribunal de Seguridad Pública de Kabul para continuar con la investigación. Las indagaciones se retrasaron injustificadamente y no se emitió fallo alguno. Finalmente Azimi quedó en libertad el 26 de septiembre de 2024 al no existir pruebas contra él.
Desde febrero de 2024, Amnistía llevó a cabo una amplia campaña en varios frentes por la libertad de estos activistas por la educación, enviando cartas individuales y de grupo a la Dirección General de Inteligencia de los talibanes y realizando campañas periódicas en las redes sociales dirigidas a las autoridades de facto talibanas para cuestionar su detención arbitraria, la inexistencia de garantías procesales en su caso y la vulneración continuada de su derecho a la libertad. Durante todo ese tiempo, algunos de sus familiares, que residen actualmente fuera de Afganistán, nos mantuvieron al día regularmente sobre las visitas de la familia a los activistas en la cárcel, y subrayaron la necesidad de que continuáramos actuando para conseguir que fueran puestos en libertad. Los familiares consideraban que estas iniciativas ejercían una fuerte presión sobre los talibanes, y que su excarcelación no habría sido posible sin la presión sostenida creada mediante la labor de campaña de Amnistía Internacional.
Bajo una dura represión, Afganistán tiene ahora una sociedad civil cada vez más reducida, donde las personas que defienden los derechos humanos, como las mujeres que protestan, las organizaciones de base y las personas que ejercen el periodismo o el activismo político, son consideradas enemigas por los talibanes. Quienes protestan sufren desaparición forzada, detención arbitraria, encarcelamiento, tortura y otros malos tratos. Muchas de estas personas han tenido que huir del país por temor a sufrir represalias, dejando sus familias y medios de vida. Centenares de ellas permanecen atrapadas en Irán, Pakistán y Turquía, donde sufren dificultades jurídicas y económicas y corren peligro de ser deportadas.
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